martes, 15 de febrero de 2011

La escultura


La fotografía es de Tamar Levine

He tomado una decisión, no soy un hombre muy decidido, pero por fin hoy me he cortado un trozo de carne del cachete izquierdo, de la nalga, podría decir, del culo, hablando en plata. Es una cosa que he tenido que hacer. Una obligación moral muchos años aplazada, un sentimiento de culpa enraizado en esa madeja de tiempo y pequeñas obligaciones con las que se va construyendo un modo de ser, de querer ser. La escultura. Pensé quitarme ese pedazo, que me pareció sobrante. Si hubiese sido una rinoplastia otro gallo me habría cantado. Muchos años oyendo: tienes que tomar una decisión al respecto. Hasta donde pude ir tirando con el culo almohadillado, bien. Pero llegó el día que dije: no más. No sé. Me dijeron: repercutirá en tu bienestar. Otros: has tomado la decisión correcta, has sido muy valiente. No voy a entrar en detalles. Lo importante es, sin embargo, que estratégicamente, me podéis considerar un hombre como otro cualquiera; la sicología a la que me he visto abocado ha sido producto de compromisos e imposturas. Desde que he decidido prescindir de ese trozo inútil de carne, tengo libertad para no ser quien he sido tanto tiempo con el cachete entero. ¿Me he preocupado de decir cómo me llamo, cómo me peino o qué marca de tabaco fumé durante más de veinte años, en el supuesto caso de que haya sido fumador? Tomada la decisión y ejecutado el plan, un mecanismo de relojería se ha puesto en marcha para encontrar un lugar en el que mi gesto salve al mundo. Si he de ser sincero, no lo he hecho tanto por mí como por los demás. Podría no haber tomado ninguna decisión, no haber movido un dedo por nada ni por nadie. Haber llegado a ser alguien extremadamente decidido que no toma decisiones porque no le da la gana. Pero hice lo contrario. Es paradójico ¿verdad? En el bote que presento en esta sala está ese trozo de mí del que decidí deshacerme, porque en cierto modo me pareció sobrante. Sólo en cierto modo, si he de decir toda la verdad.

4 comentarios:

  1. Se escribe 'psicología' no 'sicología'. Me ha gustado bastante este cuento.

    ResponderEliminar
  2. La RAE admite hace tiempo que se escriba sicología, soriasis, etc.
    Con cariño,
    Antonio S.
    (malagueño como Vd.)

    ResponderEliminar
  3. Otra comentarista con síndrome de 'corrector de pruebas'

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno, Antonio, me ha recordado a un relato de Quim Monzó muy chulo. Un abrazo y suerte en la final de RdL.

    ResponderEliminar