Joan Brossa malabarista
Me gusta leer poesía. Desde que leo, que no fue siempre. Hubo un día en que empecé a leer. Me gusta leer a Joan Brossa, que es un poeta que te deja en paz con tus cosas. Como en el poema
Un hombre estornuda
Un hombre estornuda.
Pasa un coche.
Un tendero echa la puerta metálica.
Pasa una mujer con un garrafón lleno de agua.
Me voy a dormir.
Eso es todo.
Un poeta que crea objetos sin necesidad de crearlos:
Chinesco
El poema recibe la sombra de las manos,
el aparato de cine más antiguo.
Un poeta que hace equilibrios en el vacío:
Strip-tease
Hoja tras hoja desnudo los árboles.
Piedra tras piedra desnudo el terreno.
Después el cielo desaparece.
Y la tierra también se va.
Sus ideas son sencillas, por tanto radicales, ABCD.
A Si quieres conocer a un hombre,
dale poder.
B Si me quieres bien, tus obras
me lo dirán.
C Tampoco existe el amor,
sólo puedes dar pruebas de él.
D Gritar es digno.
Epílogo
Conozco la utilidad de la inutilidad.
Y tengo la riqueza de no querer ser rico.
Antes de ponerme a escribir mis historias leer un poco a Joan Brossa hace que sienta que la de tonterías que se me van a ocurrir van a ser las menos posibles. Y que todas las que salgan me van a servir para sacudirme los muermos culturales.
Un hombre estornuda
Un hombre estornuda.
Pasa un coche.
Un tendero echa la puerta metálica.
Pasa una mujer con un garrafón lleno de agua.
Me voy a dormir.
Eso es todo.
Un poeta que crea objetos sin necesidad de crearlos:
Chinesco
El poema recibe la sombra de las manos,
el aparato de cine más antiguo.
Un poeta que hace equilibrios en el vacío:
Strip-tease
Hoja tras hoja desnudo los árboles.
Piedra tras piedra desnudo el terreno.
Después el cielo desaparece.
Y la tierra también se va.
Sus ideas son sencillas, por tanto radicales, ABCD.
A Si quieres conocer a un hombre,
dale poder.
B Si me quieres bien, tus obras
me lo dirán.
C Tampoco existe el amor,
sólo puedes dar pruebas de él.
D Gritar es digno.
Epílogo
Conozco la utilidad de la inutilidad.
Y tengo la riqueza de no querer ser rico.
Antes de ponerme a escribir mis historias leer un poco a Joan Brossa hace que sienta que la de tonterías que se me van a ocurrir van a ser las menos posibles. Y que todas las que salgan me van a servir para sacudirme los muermos culturales.
Me pasé varios meses indagando en la vida y poesía de Joan Brossa para traerlo a mi instituto -en un tiempo en que educación y cultura no eran términos opuestos-. Estoy de acuerdo contigo. Hace tiempo que no lo leo pero lo leí mucho. Espero que lo leas en catalán. Tuve ocasión de conocerlo y comer con él. Tengo una foto con él. Nos despedimos fraternalmente. Él sabía que era yo quien mejor conocía su obra y su poética de los que estaban allí presentes. Pero todo esto me recuerda un Joselu que ya no existe. Era otro tiempo en que creía en la cultura. Me ha gustado que me lo recordaras.
ResponderEliminarLa edición que tengo es La piedra abierta, la antología bilingüe publicada por Galaxia Gutemberg&Círculo de lectores. Me gusta mucho, su obra y su acitud precaria, de poética pobre, sencilla y radical. La cultura, Joselu, ha pasado a ser una gran mierda. Se ha descubierto como una gran estafa. Es un señuelo más para que la gente haga turismo. Supongo que en ese sentido la cultura a Brossa se la sudaría. Limitémonos a hacer lo que nos gusta y nos da la gana. En fin, supongo. Un saludo.
ResponderEliminarConocí la obra de Brossa hace muchos años, en una exposición de sus 'poemas visuales' en Alfàs del Pi. Y me abdució, porque en esa misma ocasión le conocí a él y me pareció encantador, nada pomposo, un genio modesto, cosa bien rara.
ResponderEliminar