lunes, 15 de septiembre de 2008

El escritor de cuentos. De lo cómico a lo patético.




El escritor de cuentos tiene una carrera ingrata. Las editoriales apuestan por la novela. El cuento parece un género menor o de transición hacia la novela. Un escritor de cuentos tiene que buscar refugio en los pliegues del mercado, se ve obligado a vivir de y en los márgenes. Pero también hay escritores de cuentos que llevan vida de novelistas. En realidad todos los escritores de cuentos querrían llevar vida de novelistas sin dejar de escribir cuentos. Un escritor de cuentos se tiene que buscar la vida. En esto coincide con los novelistas, y en general con todo hijo de vecino. Hay que buscársela. Un escritor de cuentos puede ser a la vez enfermero, conductor de autobuses, maestro, guardia jurado o jubilado. No conviene ser sólo escritor de cuentos. Tampoco conviene ser sólo novelista. Eh, pero los hay. Hay novelistas que son novelistas todo el tiempo. Como mucho a veces pasan un rato escribiendo un cuento. Hay escritores de cuentos que también se pueden dar el lujo de entregarse en exclusiva a escribir cuentos, mientras en secreto escriben una novela. Pero son los menos, aunque los más envidiados.
Un escritor de cuentos suele publicar en editoriales que al lector medio le son completamente desconocidas. Los escritores de cuentos encuentran una parte de sus lectores en otros escritores de cuentos. Y de vez en cuando en un lector despistado. Algo anarquista.
El escritor de cuentos coincide con otro tipo de escritores en que quiere ser leído. En que desea tener el mayor número posible de lectores. Pero se enfrenta a una realidad no siempre favorable. En el metro o en el autobús ve a los lectores enfrascados en volúmenes que podrían usarse como ladrillos para construir el muro de una casa. Los libros de cuentos suelen ser escuálidos, poca cosa al lado de los novelones al uso. El escritor de cuentos desarrolla una animadversión que no disimula contra el escritor de los bestsellers que se leen en los transportes públicos. Le gustaría tener ese tipo de lector, le gustaría que sus cuentos se vendiesen en las estaciones de tren. Pero por el momento ha de conformarse con los lectores aficionados al género. No son malos esos lectores. Por supuesto. Pero todo escritor tiene derecho al lector vulgar, anónimo.
Un buen día el escritor de cuentos, en un arrebato desesperado, decide entregar parte de sus bienes personales a aquellos lectores que compren su libro. Y difunde públicamente su intención de remitir a quien así lo desee, junto con sus cuentos, una televisión de plasma, unos calentadores (de tobillo) o las fotografías de su primera comunión.
Pero nadie confía en un escritor de cuentos. Ni siquiera en un novelista. No obstante, tarde o temprano alguien tiene necesidad de echar mano de un enfermero, un maestro o un guardia jurado.
Cuidado entonces, pues encriptado en cualquiera de ellos puede aparecer un escritor de cuentos.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Conviene convertirse en asesino de lectores.
Yo mañana iré en metro y voy a hacer una escabechina con el tiragüitos.

Pero dejaré vivos a los de los crucigramas.

frikosal dijo...

"Un escritor de cuentos suele publicar en editoriales que al lector medio le son completamente desconocidas."

Mmmm, yo creo que un escritor de cuentos o de poesías no suele publicar jamás nada, algunos que destacan publican en editoriales poco conocidas como primer paso.

Carlos Frontera dijo...

Me gustó, sí señor.
Muy bueno este juego a medio camino entre el artículo de opinión de cualquier suplemento de fin de semana y el cuento.
¿He dicho que me gustó?

Manu Espada dijo...

Jeje, estoy de acuerdo en muchas cosas, no entiendo por qué un cuentista militante tiene que odiar la novela o tiene que adoptar ese tipo de clichés de automarginación.

Fernando García Pañeda dijo...

Pues ná, escribe una novela para poner en el curriculum para tener más credibilidad y a otra cosa.
Lo de regalar todo tipo de accesorios ya lo inventaron grandes editoriales, que conste.

nancicomansi dijo...

Escribir cuentos es muy difícil en contra de lo que la mayora piensa; Se carece de de tiempo y espacio para explicar algo, y hete aquí que la maestría para condensar exquisitamente se hace más patente...´no por ser corto el cuento carece de mérito, o es más facil...claro que no.
Y es verdad que apenas hay editoriales de las más conocidas que apuesten por escritores de éste género...
Que pena...como la poesía, esa condensación de ideas es como una "delicatessen" a degustar con cuchillo y tenedor de plata...

Anónimo dijo...

Mi opinion sobre los escritores de cuentos es la siguiente : Los escritores de cuentos son seres pecualiares que no desean bajo ningun concepto convertirse en olvidables vendedores de best sellers. Los escritores de cuentos estan secretamente orgullosos de lo que hacen y luchan denodadamente por no compararse NUNCA con nadie. Los escritores de cuentos saben que el cuento que han escrito es SIEMPRE mejorable, es mas, saben que el cuento que acaban de escribir es una pequeña caca y por eso trabajaran eternamente, para conseguir el cuento redondo, que les haga sonreir y desear encender una pipa o un habano o un canutito para celebrarlo mirando por la ventana. Los escritores de cuentos, dada esa permanente insatisfaccion que les bulle por dentro y su capacidad de ganarse la vida de otras maneras, no suelen tener muchas prisas por publicar pues nunca estan seguros de que lo que publiquen sea realmente publicable. Los escritores de cuentos que desean escribir buenos cuentos son los seres mas interesantes del mundo literario (si es que hay un mundo). Y otra cosa, un buen escritor de cuentos siempre alcanzara la inmortalidad. El futuro de la literatura es de ellos. Por mucho que digan que es un genero menor. El escritor de cuentos sabe que dentro de un cuento caben TODAS COSAS Y eso es su tortura y felicidad.

Fernando García Pañeda dijo...

Oye, ¿cuánto le has pagado a la del juguete completo y a la señorita Woodhouse?
Para descubrirse con tales damas.

hombredebarro dijo...

Alberto, no sueltes a tu sicokiller.

Hombre, frikosal, jamás nada, tampoco. Poco a poco hay que ir echando fuera.

Viajero, me alegro que te gustara, pero he de conseguir otro tono que no sea el de suplemento finde.

Manu, en la automarginación ya va un plus de ganancia.

Fernando, eso de escribir una novela no es tan fácil para mí.

nancicomansi, qué placer. A mí el cuento, hasta la presente me resulta más fácil.

emma, qué bien,tu optimismo.

Fernando, no seas celoso.

saludos a todos, amigos.

Carlos Frontera dijo...

Hombredebarro, cuando lo equiparaba con un artículo de suplemento de finde, en ningún momento pretendía degradar la calidad del texto, no estaba poniendo al cuento por encima del artículo. Hay articulistas que escriben como ya quisieran hacerlo muchos cuentistas.
Quizá me expresé mal y quería decir simplemente que me gustó este cuento metaliterario (aunque tampoco sea eso).
Saludos.