viernes, 27 de agosto de 2010

Habitación del antesdeya



No siendo estrictamente verdad, en este momento de escribirlo, que me he quedado en estas palabras que vais a tener de mí, sin embargo, cuando tú las estés leyendo, tarde o temprano, sí, podré decir que mi único rastro ya será éste. Y que todo lo escrito se corresponde con lo cierto, cuando declare que me he tapado la cara con un sombrero para protegerme del sol, aunque jamás haya llevado a cabo yo tal maniobra con un objeto tan anticuado. Mi promesa de vivir en el futuro, eso que vulgarmente llamamos estar muerto, se cumple desde antesdeya. Yazgo con el bigote engominado, las manos sobre el pecho y una flor prensada entre los dedos. Yazgo así desde el siglo pasado, habiendo estado vivito y coleando hasta hace poco, y seguiré sin levantarme por mucho jaleo que armen esas hordas de la juventud escandalosa con sus vasos de plástico llenos de ginebra. Fui la novia y también el novio. Qué mas da. Todo pasa por fuera y todo lo registro, te darás cuenta de que también a ti te ocurre cuando yo te lo diga, serás un rastro solamente de lo que todavía no existe, tarde o temprano, sí, tampoco, nada, nunca, habrá. Camino, pero estoy acostado. Salto, pero me hundo. Giro, pero inmóvil. No siendo estrictamente mentira, en este momento de escribirlo, que tengo una habitación en un hotel del tiempo, tampoco es verdad, porque mi casa es la de siempre, está llena de goteras y se hunde en el lodazal del hombre, de forma que las flores que riego son brazos y piernas que sobresalen buscando arriba un poco de luz, huyendo de la luz de la oscuridad. Y que en lo que no he escrito es donde está todo lo que he querido decir. Solo por amor, desde donde se empieza, claro...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pretencioso y malo, es lo que puedo decir.