lunes, 2 de mayo de 2011

Nosotros, los Caserta



“Soy rebelde y mamá me pega, pero yo le doy más fuerte sin levantar un solo dedito” (pág. 15)

“Mi primo comenzó las depredaciones contra fauna y flora; cazó un pichón de lechuza. La pedrada hirió al animalito en un ala y el tarado se divertía zarandeando a la lechucita por el ala semiarrancada. Juré matarlo algún día” (pág. 31)

“Huí de la cueva del barbado barbudo-bigotudo y grandísimo hijo de puta de mi padre” (pág. 36)

“A nivel diferente, Juanín y yo padecíamos el mismo problema; él, cero en intelecto y diez en afectividad, y yo, viceversa. Éramos dos monstruos” (pág.40)

“Mi hermano año tras año parecía más espantoso. Lo era. Pasaron las libélulas, los frutos y todo verdor se atemperó; mi hermanito casi niño, casi insecto, casi fruto, casi flor, compartiría tal fugacidad” (pág.60)

“Deduje que a los cuarenta, mi mamá noviaba y sentí pena. Para gratificarme de tanta bobada ambiental arrebaté el látigo a mi primo y lo azulé a lazazos hasta que se me durmió la mano, el brazo y el hasta el codo” (pág.79)

“Era un hombre común y yo su loca enamorada. Pareja despareja. Yunta imposible” (pág. 95)

“¿qué hubiera sido de mí de no ser, en cierta manera autista, qué hubiera sido de mí abarrotada de objetividad sin apertura a la fantasía?” (pág. 129)

“Éramos los despojos de una élite agónica”(pág. 142)

“¿Y por este hombre normal yo jugué todos y cada uno de los momentos de mi larga y desdichada existencia?”(pág.171)

“La vida me rasgó, quebró y mutiló como a todos los Caserta. Pero no me quejo porque yo también hice lo propio” (pág. 172)




Aurora Venturini (La Plata, Buenos Aires, 1922).

1 comentario:

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Qué inquietante parece el libro a través de las citas que publicas. Me haré con él. Caballo de Troya es una editorial que no suele defraudar.

Un saludo.