miércoles, 25 de mayo de 2011

Turnos de piedras, de todo y nada, en la plaza



El dibujo procede del blog Cuatro cosas de Enrique Flores

El hombre que come piedras se ha sentado en un banco de leche a la sombra de la sombra, y allí estaba el hombre que habla con palabras rodadas como rolling stones, el hombre que siempre duerme en la calle y vigila las ventanas de los ocupantes de este distrito. Ese hombre de pulgas contento como los perros de la tarde, ese hombre de su casa amo y señor del aire saluda las piedras que están cocinando en la plaza como algo habrá que cenar y los suculentos rolling stones se hacen en un periquete con ajo y aceite. El hombre se abrillanta en el espejo de la fuente de la plaza y agita las manos antes de decir lo que tiene que decir para que no se le entienda demasiado. No quiero que se me entienda, dice. Yo no quiero nada, pero lo quiero en esta vida, no en la otra, y estoy dispuesto a todo por conseguir lo que quiero. Con las palabras, pero también con mis manos, dice. Nadie puede darme, no obstante, lo que pido y de esta plaza no me moveré hasta tenerlo. Gracias, dice al final. Masticando una piedra que se ha sacado del bolsillo se sienta dispuesto a oír lo que tiene que decir otro hombre que dice que lo quiere todo, de uno en uno, en fila, en una caja o como sea, pero todo lo que pide.

1 comentario:

Karen dijo...

Muy bueno, si señor! ;)

"no sabemos que queremos y aun así reivindicamos"