![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1Y-TDdrB8g43ag21DL-dlsU1619f1Moe5Kj5IH-bo0GYWECxDTrdb9sj9T9wjJ1CmYbUpXVtGZBoQhkjJhnaCRoYG7MCsntts2aOr_S_hgrkpFLVAY7afi_kjeXGSbdDcNB1irMyIS5k/s400/Lisette+Model.jpg)
Cogió la última moneda y antes de meterla pensó en la diferencia entre perderlo todo (aquella era su última moneda) y ganar. Había llegado hasta allí para pulirse la herencia. Finalmente más que pensar tuvo un presentimiento. Metió la moneda en la ranura y le dio un trago a su cubata. Detrás de su última moneda, debajo de ella, o en su canto, podían estar grabados muchos rostros mudos. La máquina hizo su trabajo de soniquetes y luces y cuando se detuvo Iota ya no le prestaba atención. Sabía que el premio era un castigo que la iba a encadenar a aquel lugar. De repente sintió una sed inconsolable. Apuró el cubata, recogió las monedas en un cubo y se acercó a la barra a pedir una nueva consumición.
La fotografía es de Lisette Model
No hay comentarios:
Publicar un comentario