1.La protagonista de Soy una caja es Nadila, una joven y triste aspirante a escritora con trastornos anoréxicos, reacia a crecer y encerrada en sí misma, que desde que descubre la figura de la escritora brasileña Clarice Lispector, inicia un proceso de entrega al mundo abstracto de ésta, culminante en el epitafio que figura en su lápida:“Dar la mano a alguien es lo que siempre quise de la alegría”. ¿Por qué a Nadila esas dos cosas le cuestan tantísimo, dar la mano a alguien y la alegría?
A lo mejor precisamente porque es joven y triste, y lo es en extremo y de forma radical. No es capaz de ver ninguna luz en la que de antemano no cree, y su gran pena es ser consciente de esa incapacidad suya para vivir. Para mí Nadila es la negación, es el no rotundo a la vida, un no que puede parecer gratuito pero que en el fondo se rige por un motor con su propia potencia deseosa de consumirse realizando un trayecto cualquiera a donde sea, y que acaba pasando por la figura de Clarice Lispector. Así que no es que le cueste dar la mano y la alegría, es que no puede. Mientras sea puro movimiento ni siquiera se plantea esas cosas.
2.Nadila se siente una caja vacía que sólo conseguirá llenar con un fantasma, el de la escritora a la que admira. “Tengo que ser como soy: no puede ser de otro modo.” Nadila asume su destino y se dirige a él sin vacilaciones. Poco a poco su personaje se va despojando de lo externo y circunstancial, la familia, el trabajo, el propio cuerpo, incluso el habla, para abrazarse a un ideal de pureza y sinceridad que está más allá de la escritura, pero que pasa por ella. ¿Cómo se te ocurre un personaje tan radical en unos tiempos en los que todo el mundo contemporiza?
Creo que la ocurrencia no es tal sino que más bien es un encuentro que surge de la elaboración a partir de unos cuantos elementos con los que se juega. Al escribirlo no podía importarme que en estos tiempos todo el mundo contemporice. Lo que me interesaba era que el personaje resultara verosímil, que funcionara. A pesar de su negación de la vida, desde el principio Nadila proclama su fe en la literatura, y es una fe ciega porque ni siquiera ve lo que es la literatura: la percibe como un ideal. Cuando decide dirigirse hacia ese ideal, vía Clarice Lispector, comienzan eso que llamas despojamientos, necesarios para que la protagonista alcance, o no, ese ideal.
3.Nadila tiene problemas para conciliar el sueño si no es sincera, siente además remordimientos y sabe lo que es la culpa y la vergüenza. Me interesan muchísimo estos conceptos y su desvalorización en el mundo moderno. Está claro que la vida es más fácil si prescindimos de esos sentimientos, ¿pero cree entonces Nadila que es menos intensa?, ¿o es que su manera de ser no le deja otras alternativas?
Me parece más acertado lo segundo, volvemos a llamarla joven radical. Su manera de ser no le deja otras alternativas, por eso cuenta lo que cuenta. No puede no hacerlo, ni puede hacerlo de otro modo. Lo que le pasa pertenece al terreno de lo inevitable, que en ocasiones debe de coincidir con lo verdadero.
Cuando preguntas si la vida le resultaría menos intensa por prescindir de sentimientos como la culpa y la vergüenza, quizá ella ni siquiera sabría responder porque no es capaz de concebir la vida sin esos sentimientos. Son tan intrínsecos a su ser como sus ojos y sus manos a su persona, así que podríamos decir que sin ellos su vida sería otra que giraría entorno a otros asuntos.
4.A partir de determinado momento Nadila deja de lado su peripecia vital, que más allá de su anhelo por llegar al modelo que se ha propuesto, es muy interesante y curiosa (su trabajo en la tienda de regalos, o en la librería, sus encuentros con los taxistas, sus litronas, etc..), y le entrega el protagonismo de la historia a ese fantasma de Clarice Lispector que poco a poco la ha ido habitando. ¿Por qué esa renuncia por parte de la autora al filón narrativo de Nadila?
Yo no lo veo exactamente como una renuncia, sino como un paso necesario en el movimiento de la historia, para que avance y vaya cumpliendo, o no, las expectativas creadas desde el principio. Y a mí me parece que aunque Nadila deja de contar determinadas cosas sobre sí misma no por ello deja de ser protagonista. Su voz permanece ahí mientras va hablando de Clarice Lispector, y también va contando…
5.Al principio Nadila habla de su esfuerzo por poner en palabras la historia de una admiración literaria (otra más), aunque más adelante se ve que se trata más bien de un proceso de vampirización, del que yo no tengo muy claro que haya podido escapar. No sé por qué, pero me viene a la mente Arrebato, la película de Iván Zulueta. Mencionas entre otros escritores a Santa Teresa. ¿Es todo proceso creativo un trance místico?
Para mí no tiene nada de místico, la verdad. Es puro realismo práctico, por decir algo, un juego en un tablero que a su vez es un juego diseñado por uno mismo. Si hay algo místico en Soy una caja creo que sólo podría deberse al halo que desprenden los ideales de su protagonista adolescente.
6.Los proyectos y sentimientos de Nadila son abstractos y artísticos: se siente embarazada de un libro, literalmente, construye pañuelos para poner en ellos las penas, intenta hacer los manuscritos de las obras de C.L. tras el estudio de su caligrafía, le pone etiquetas a los objetos con sus nombres, hace flores de papel con sus textos, o estampa en una camiseta una frase muy significativa de C.L. “Escribo con el cuerpo”. Nadila necesita la gestualidad y materialidad del espítitu, como quizás otra persona de su edad necesitaría, y con eso se conformaría, la presencia de un amante físico. ¿Cómo se sacia ese hambre?
No sé si quieres decir que por hacer todas esas manualidades Nadila ya no necesita un amante físico… Pero no creo que sea así. Precisamente al hacer todas esas manualidades está poniendo de manifiesto la necesidad de encontrar algo o a alguien.
7.Nadila roba: cuadernos azules y libros, inspirada por aquella ladrona de rosas del cuento de C.L. Hay un episodio muy sutil y pasajero en el que lleva una bolsa de dinero que le han encargado ingresar en el banco, durante el cual no pude de dejar de pensar que haría lo que la protagonista de Psicosis, esto es, largarse con la pasta, pero Soy una caja es un libro que renuncia a lo episódico, aunque lo episódico está muy bien sugerido. “Escribir en el sentido clariceano podía ser asfixiante”, afirma Nadila. ¿Te has sentido alguna vez asfixiada por la escritura?
Asfixiada… o más bien detenida, paralizada. Aunque quizá sería más acertado decir que me he sentido detenida por mi oído al escribir, cuando prestaba demasiada atención a las palabras impidiéndome llevarlas a alguna parte, avanzar, contar una historia.
8.En el libro hay ciertos episodios humorísticos, o bromas, como la tramada a partir de la carta de C.L. a Olga Borelli, el anuncio de Impulso y la flor de papel que fabrica Nadila; el pollero Lauren que conoce a C.L; el pequeño discurso sobre el Quijote; aquel testimonio de una joven adicta a las revistas femeninas, las incursiones en el mundo de los taxistas, o bien cuando la jornada en la tienda de regalos llega a su fin y sus compañeras le preguntan a Nadila si es que se quería quedar a dormir en la tienda, a lo que ésta contesta que sí. No está bromeando. Nadila es profundamente seria, ¿o no? ¿Cuál es tu opinión acerca del humor?
Quizá de tan profundamente seria que es Nadila a veces se asfixia y lo que hace de repente es sacarse de encima tanta capa densa y escapar a tomar el aire y echarse unas bromas. Pero el humor es algo más que una simple broma. Es una vía de escape muy necesaria para todo y para siempre. Pensar en la vida sin humor me remite a una enfermedad muy grave.
9.En el libro se habla de un modo de escribir, pero también de un modo de leer. Cuando Nadila comienza a leer el relato Felicidad clandestina de C.L. le bastan tres líneas para no poder continuar, exhausta y colmada; también deja a la mitad su primera novela, Cerca del corazón salvaje; se afirma que todos sabemos que es mejor que las historias no terminen; confiesa leer con los pies, donde dice que se le deposita todo lo que lee, como quien dice que allá va todo lo que come; en fin, los episodios se resuelven con descaro : “La vida en Ipanema había terminado”, sin detalles, tal como empiezan: “Trabajé como dependienta en una librería”. No importan demasiado las anécdotas circunstaciales ni las descripciones. ¿No te parece que es un modo de entender la literatura a contracorriente?
La verdad es que todavía no sé cómo entiendo la literatura. Lo que voy entendiendo es lo que he hecho y lo que me hubiera gustado hacer y algunas cosas que leo y que me gustan.
Que después de las reflexiones de Nadila sobre la lectura o sobre lo que sea los capítulos terminen muy “en seco” sólo se debe a que al escribirlo así me funcionaba. Si para concluir alguna parte o en otro lugar hubiera necesitado de una descripción detallada y de un compendio de anécdotas para la ocasión, me hubiera esforzado para que ahí estuvieran bien puestos, y ojalá lo hubiera conseguido.
10.En una de las entrevistas fantasmales que Nadila le hace a C.L. le pregunta :¿Te vas a transformar en gallina? He de confesar que la gallina es para mí un animal mitológico desde que leí a la brasileña. ¿Nos puedes explicar con cierto detalle que es para tí una gallina?
Bueno, esta pregunta me la salto, pero no te lo tomes mal. Si Nadila le pregunta eso a Clarice Lispector es porque a esta última, por lo que escribía, parecían encantarle las gallinas y los animales en general. Tiene un par de cuentos dedicados a ellas, y también un relato infantil. Dice que las gallinas son huecas, como las mujeres.
11.Por último, Natalia, me gustaría saber algo (si ello es posible) acerca de tus proyectos literarios más próximos.
Interrogantes.
7 comentarios:
Curiosearé.Muchas gracias.
Usted siempre entrevistando a mujeres guapas. Caray, qué endivia.
Veo que se está convirtiendo en un consumado maestro en el terreno de las entrevistas a escritores que tienen algo interesante que decir.
A ver si equivocó (como nos ocurre a casi todos de jóvenes)su profesión y realmente debió encaminarla hacia el periodismo.
¿Para cuándo su segundo libro? Hace algún tiempo dejé un comentario sobre Vd. en Narrador.es, apostando que su segunda colección de cuentos nacería de su blog, muy interesante sin duda, en donde creo que se ha soltado Vd. el pelo, 'comme il faut', circunstancia muy necesaria y conveniente para ser un buen escritor.
Pasaba por aquí y no he resistido la tentación de entrar a saludarle.
Quiero conocer de primera mano la historia de la Caja y compraré el libro hoy mismo.
Saludos afectuosos.
He adquirido el libro hoy.
Ya diré algo sobre qué me ha parecido, Antonio B.
Saludos afectuosos.
Antonio S.
Primero tengo pendiente "La ciudad en invierno" que también recomendaste aquí y que ya ha llegado a la Clandestina.
Después atacaré "Soy un caja" que tiene muy buena pinta.
Besitos/azos.
A todos muchas gracias por el interés, ya que la novela lo merece.
Un saludo.
Felicidades. Al fin lo conseguiste, N., recuerdo tu literatura de bolsillo del pantalón. Has superado a les enfans terribles. Hasta siempre.
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