viernes, 9 de noviembre de 2012

Banda sonora de Griego para perros, 1



Aparecen a eso de las once, cuando el dentista se yergue como un ídolo exótico ante su paciente. Están haciendo novillos. Y se llaman. Paula, grita la amiga. El dentista se vuelve a la ventana y susurra, con el alma en vilo: Paula. Pasan toda la mañana riendo, fumando, tomando el sol. El dentista es un hombre de gestos amplios, orquestales, pero la efervescencia de esa vida en el exterior, a la que no sabe cómo acercarse, tiene un efecto de merma, de reducción, de recorte físico, hasta el punto de que un día sale corriendo de su consulta por miedo a ser engullido por una boca desmesurada, honda como un pozo.

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