domingo, 16 de diciembre de 2007

Efferalgan, literatura y mucho amor


La semana ha estado complicada.

El lunes después del puente fue como hundirse hasta las rodillas en la realidad. Trabajo, gestiones domésticas, dolor muscular.
El martes ya no hubo escapatoria: gripe.
Gripe: dolor y fiebre.
Miércoles: más de gripe. Pleno en la consulta del médico: hemos concertado cita para los cuatro. Más de gripe: los minutos no pasan. La noche es eterna. Todos los teletiendas están ahí, como sintonía de fondo.
Jueves: empieza a disiparse el dolor y la fiebre. Ya puedo leer algo. Ni pensar en escribir, nula capacidad de ocurrencia. Empiezo “Las benévolas”, de Jonathan Littell, un tomaco en papelbiblia, que me interesa enseguida, pero que temo por su extensión.
Buscando otra cosa encuentro en la red una referencia a Dalton Trevisan, un autor brasileño fiel a las distancias cortas. Husmeo y hallo que hay un ejemplar de “Novelas nada ejemplares” en la librería de lance Abadía.
Viernes: regreso al trabajo y me encuentro el follón que mi ausencia en periodo de exámenes de la primera evaluación me ha provocado. Me llevo a casa una bonita colección de trabajos escolares sobre Catulo, unos, y otros sobre La poesía lírica arcaica griega.
Nos hemos recuperado todos excepto el pequeño, que con 20 meses suena como si bebiese aguardiente por las mañanas. Lleva tres días sin salir de casa y por la tarde se rebela: me arroja a la cara su muñeco favorito y el chupete, así que he de salir con él a dar un paseo, que nos sienta a los dos muy bien.
Sábado: Pablo sigue tosiendo y con fiebre. Nos vamos a Urgencias de excursión. De camino recojo el libro de Dalton Trevisan. Editado en Caracas, Venezuela en 1969 por Monte Ávila Editores. 15 euracos, 208 páginas tostadas por el tiempo, 25 cuentos.
Salimos de Urgencias con un nuevo tratamiento para Pablo. Comemos cerca del Hospital. Santiago quiere paella. Encontramos un sitio muy anodino con una comida casera excelente. Nos prometemos comer allí cada vez que volvamos a Urgencias de excursión.
Por la tarde todo el mundo duerme una siesta y a última hora vamos a un cumpleaños infantil en el que Pablo y Santiago lo pasan de maravilla.
Domingo: Los cuentos de Dalton Trevisan son apabullantes, han conseguido que desplace mi interés desde “Las benévolas” hacia ellos.
Abro mi correo y tengo una noticia que llevaba días esperando: hay alguien que quiere publicar una selección de mis relatos.
Estoy contento, por supuesto, pero lo soñado siempre es superior al momento de la realidad, en la que yo tengo las piernas hundidas por las rodillas.

9 comentarios:

frikosal dijo...

Eso son muy buenas noticias!
Felicidades. Y ademas encontraste un buen sitio para comer paella. Extraordinario. Aqui ya no se puede salir a comer fuera.

leo dijo...

Felicidades: por lo poco que te he leído creo que publicarte es hacer justicia. Espero que nos vayas contando más cositas. (Y que os mejoréis todos de la gripe asesina de este año).
Un abrazo.

Unknown dijo...

Felicidades por la gripe, y abrígate, coño, que luego llega la publicación y todo es mocos y toses.
Qué no. En serio: Felicidades. Y como dicen por ahí arriba (He tenido la oportunidad de leerte algo más) publicarte es hacer justicia.
Ah; exijo un ejemplar firmado por el autor. Una primera edición, ni más ni menos.

Un abrazo.

Mariano Zurdo dijo...

Empiezo por el final. Enhorabuena por la publicación. Tus relatos, y eso que llevo pocos, tienen calidad como para ello.
Estoy con "Las benévolas" y me parece un magnífico libro, aunque también temo por su extensión.
Espero que el pequeño bebedor de aguardiente se esté recuperando satisfactoriamente.
Besitos/azos.

Tawaki dijo...

¡Enhorabuena! No creas que me sorprende, porque lo que he leído en este blog me ha gustado mucho. Lo digo en serio.

Ya nos dirás dónde y cuándo podemos leer algo más, una vez te publiquen.

Que os mejoréis todos pronto de la gripe, para poder celebrarlo en condiciones.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Amigo hombredebarro, la literatura, el clamoxil 750 (o sucedáneo) y, si posible, una cama de lo más cómoda, hacen buenas migas como primos hermanos.
Estoy con otro tochete -y no quiero pasar sin recomendártelo-, "El desierto y su semilla" de un tal Baron Biza, argentino, ed 451, en el que hay que sacar la cabeza para encontrar un respiro en la realidad (quiero decir, a mí me pasa, tremendo).

Carmen dijo...

¿La noticia no te quitó la gripe??? Enhorabuena... y eso, dinos dónde te vamos a leer, que ya tienes las primeras ventas conseguidas! Un beso de felicidad.

hombredebarro dijo...

Gracias amigos, pero estoy acojonado, no he vuelto a tener noticias de los editores. ¿Se habrán arrepentido?

Anónimo dijo...

Otra cosa no, pero arrepentirse...
Tenían que estar todos picando en el valle los caídos.

Honestamente, creo que les iría mucho mejor, tanto la vida como el negocio de la misma, si no se arrepintieran o, al menos, que lo hicieran un poco menos, leñe.