sábado, 25 de abril de 2009

Fin se pone al principio


Todas las cosas importantes, o que nos lo pudieran parecer, habrían de comenzarse por el final. Los libros, por ejemplo. ¿Qué necesidad tiene uno de esperar 400 páginas para enterarse de algo que el autor ha dejado para el final?

-No me cuentes el final, me han dicho tantas veces que me han aburrido.

-Al principio, por favor, cuéntame el final. Y luego ya veremos, me dijo ella.

Se encaramó sobre mí y me ofreció en la primera cita lo que quizás otra me hubiese dado en la última. No funcionó, pero ya lo supimos desde el principio, que lo nuestro no iría a ninguna parte.

Sólo quería divertirme, pero no quería esperar hasta el final para que la juerga de verdad empezase, así que nada más entrar en aquella fiesta me agarré a una botella y estuve borracho casi desde el primer momento.

Una vez me convencieron para que fuera paciente y no trastocase el orden de los acontecimientos. Cada cosa en su sitio. Y un sitio para cada cosa. Y los hijos de puta se quedaban tan anchos.

Contar una historia sólo tiene una cosa buena, mejor que vivirla. Uno decide el orden. Es decir, sólo cuando se cuenta una historia, uno tiene absoluta libertad para hacer de las causas consecuencias y al revés.

Repito: sólo quería divertirme. Es mejor follar al principio. Tiempo habrá después para todo lo demás. Y mira si lo hubo.

Preocuparse por el argumento de la vida propia o del libro que tiene uno entre manos es un asunto secundario. Importa más el estilo. Pero preocuparse por el estilo es absurdo. Preocuparse, indagar, resolver es malgastar las fuerzas limitadas de que uno dispone. Es mucho más divertido mirar, negar y consentir.

A más mentiras, más mentiras. A más verdades, más mentiras. Uno imagina quién es, pero uno titubea, uno se muestra inseguro, hasta que la palma. De ahí en adelante el camino se despeja. El mejor personaje, muerto en la primera hoja.

La fotografía es de John Baldessari: Two figures and two figures (masked)

4 comentarios:

nancicomansi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
nancicomansi dijo...

ültimamente tengo la sensación de que no hay ARGUMENTO...lo creamos nosotros para no caer en la nausea y el desasosiego que produce en sí el azar...

besos.

Diego N. dijo...

Poética de barro. Qué vitalista. ¿Relato? Todo es relato.

Un saludo

julieta dijo...

y si empezamos por el final, deberiamos tambien olvidar las comas, los acentos...y los besos sin su respectiva entonaci´on, as´i m´as pre´ambulos los amantes se comieron las lenguas, se escupieron un te quiero, con la i sobre las narices humedas.