viernes, 10 de junio de 2011

Soy sin



Esther Ferrer: Performance en la inauguración de la calle Marcel Duchamp en París, 1995

A veces sólo soy un hombre debilitado,
un hombre con sueño,
con enfermedades leves y pasajeras,
un hombre con unas copas de más en mitad de una calle.
A veces ni siquiera eso, soy una sopa,
un hombre caldo de sopa servido en un plato.
A veces soy un recorte de pelo,
un hombre mechón escogido, atado con una cinta de terciopelo
en un escondite.
No sé qué me da no ser más hombre de lo que soy,
como diría mi madre, no sé que me da, pero no lo soy.
Soy menos,
Soy poco,
Soy nada,
Soy a veces.
Soy sin.
Un hombre calderilla, un bolsillo en el que metes la mano
y sólo hay monedas de poca importancia, un hombre cambio.
A veces me reúno con otros hombres
que son así, menos, poco o nada, sin. Somos a veces.
Hombres debilitados, con sueño, enfermizos,
con unas copas encima, servidos como sopa
en el plato de los banquetes, hombres de pelo postizo
y las manos vacías. A veces pienso en lo que podríamos hacer
y miedo me da, como diría mi madre,
sólo pensarlo.
Todos sin.

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