jueves, 19 de febrero de 2009

Me gustaría que te miraras





Me gustaría que te miraras no en un espejo
ni en la superficie plateada de un lago
ni en la noche oscura de un pozo con la luna detrás
tampoco en el retrovisor de tu Yamaha
ni en el escaparate de Benetton con muchas razas
y su colorido
Me gustaría que te miraras en una cuchara brillante
no porque esta sea una ocurencia genial mía
sino de Joan Brossa:
Iluminado sólo por un farol de aceite, que está sobre una mesa,
el espectador se debe mirar en una cuchara brillante.
Me gustaría también que me dijeras qué es lo que ves
si un hombresopa soupman
un hombrepescado fishman
o si acaso es un hombrecarne Baconman lo que ves
Me gustaría que te lo tomaras en serio
y que fueras al cajón de tu cocina
y evitaras la tentación de los tenedores
y de los cuchillos
y que cogieras una cuchara grande
esa que casi no te cabe en la boca
que tanto te has preguntado para qué serviría
que te la pusieras a la altura del rostro
y le preguntaras como la madrastra de Blancanieves
cucharita cucharón cucharita cucharón
dime quién soy yo
(ji ji ji)
No en serio
Me gustaría que lo hiciera alguien
para que me diga lo que ve
porque yo desde que le tomé la idea al Joan Brossa
no puedo dejar de mirarme en una
así que la llevo en el bolsillo interior de mi chaqueta
y de vez en cuando cuando nadie mira
la saco y me miro en ella


La fotografía es de Albert Buendía, de su interesante blog Només Ploraria

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don Ensimismado, me alegro un montón por lo de la novela. Escribir una novela debe ser una especie de cuelgue.
Besos