miércoles, 18 de marzo de 2009

Y la explicación que os debo os la voy a dar


Supongo que algunos lectores de este blog estará asistiendo con algo de asombro a la deriva que está tomando. Durante algo más de un año se ha publicado un número considerable de entradas que consistía en relatos y series de relatos, agrupados bajo un mismo título, aparte de alguna entrevista, reseñas o epitafios promocionales de Mucha suerte. Pero de unas semanas acá me he lanzado a una piscina que las más de las veces está medio vacía, en la que no es del todo difícil romperse la crisma. La Poesía, o la poesía. En mayúscula o en minúscula. Bien, o mal. Pero es lo que hay. Por donde me ha dado. Además le he puesto un título Ahora sí que le he echado cara que no es demasiado afortunado poéticamente hasta que se traduce a muchas lenguas, vivas o muertas, y con eso ya tenemos un poema. No voy a cometer yo tal osadía, pido ayuda a quien sepa hacerlo.Y que sea un poema de todos. A lo largo de este año y pico (de golondrina) y de blog he visitado otros blogs literarios que me han ayudado indeciblemente a trabajar y a caminar por los inseguros caminos de la escritura. Muchos de ellos dedicados al cuento. He encontrado que entre los aficionados a este género hay una hermosa apuesta por darle su merecido, que no es una tunda de palos, sino un espacio digno al lado, de por ejemplo la novela, tan prestigiosa de por si, antes de demostrar nada. Eso está bien. Pero también he hallado que ciertos cuentistas se parapetan en el género. Personalmente el cuento me interesa hasta donde me interesa, más allá no. Esta perogrullada es un mal chiste, claro, para decir que me interesa la novela. Me refiero como escritor. Estoy escribiendo una novela de la que hace unos días di un anticipo, el inicio del capítulo 5, si no recuerdo mal. Quizás me hubiera gustado ir colgando la novela por capítulos, quizás me hubiese resultado interesante, pero no me he atrevido, porque no quería crear en los lectores unas expectaivas que por un motivo u otro, al ser un proyecto que se dilata en el tiempo, quedasen abortadas. Estoy en ello y espero que algún día (para mí algún día es un futuro relativamente próximo) el que tenga interés pueda leerla. Si en este tiempo que llevo escribiendo en diferentes formatos de internet he aprendido algo es a planear proyectos a mi alcance, con posibilidades reales de llegar a cumplir. Letra a letra. También me interesa la poesía. Mucho. Y casi con toda seguridad quizás yo sea un mal poeta, como quizás sea un mal cuentista o un mal novelista. No lo digo con dosis de coquetería. Lo digo con orgullo y soberbia. Es evidente que mi escritura no tiene demasiados lapsus estilísticos. Como casi cualquier escritura digna, trabajada, consciente. Lo que es más discutible es que mi escritura tenga interés desde un punto de vista artístico. Eso está por demostrar y soy yo el que tiene que hacerlo por medio de una apuesta a largo plazo. Me interesa ser un mal escritor antes que un buen escritor. De buenos escritores el mercado de abastos está lleno. A ver qué pasa con los malos escritores que tienen interés, con aquellos que escriben renglones torcidos. Aquellos que no le tienen demasiado respeto a las reglas. O que ponen sus propias reglas de juego. Esto. Esto no se hace de la noche al día, ni en un cuento ni en un poema ni en una novela. Y esto quizás no logre hacerlo. Y me quede en un buen escritor más. O en un mediocre escritor, que tampoco es moco de pavo. Puede que el truco para conseguirlo esté en agarrar del cuello el mundo real en el que vivo, el mundo que se esconde detrás de los simulacros, que como espejismos tengo delante desde que me levanto hasta que me acuesto. Pero no quiero extenderme en esta redacción sobre mis ilusiones y mis fantasías, vagas como las de una adolescente. Me pongo a trabajar. Y me da por la poesía. No le tengo ese respeto de muchos escritores a la poesía como género sublime, esencia y resumen, aspiración de todos los demás. Ni tampoco menosprecio o indiferencia. La poesía me interesa como otra impostura artística de la literatura, sin más, sin menos. No tengo en cuenta su tradicional valor como vehículo de los sentimientos personales. Mis sentimientos personales sólo tienen sentido y valor en mi ámbito personal. Desde un punto de vista artístico soy una impostura que se propone trabajar con los simulacros o apariencias de mi tiempo. Por eso Ahora sí que le he echado cara.

8 comentarios:

Fernando García Pañeda dijo...

Pedazo de cara que le has echao.
Me ha gustado mucho la diferenciación entre un buen escritor y un mal escritor; no expresada, pero sí muy bien delimitada por sugerida.
Échale cara, que te seguimos...

Javier Puche dijo...

Muy lúcidas tus palabras.

Anónimo dijo...

Por fin!

Ahora a explotar esta línea, Antonio. Quiero decir: por favor.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues muy bien. Esperaremos la novela :)

Carmen dijo...

¿Los buenos escritores saben que lo son desde el principio?
¿Y de ese ámbito privado no se quedará abierta una rendija?

nancicomansi dijo...

A mi personalemte me sorprendió gratamente tu poesía. O textos poéticos.
No te enfades si te digo que me gustan más. Me parecen más rompedores y personales. me parece entreverte más a tí.
Es una percepción mia.

LA foto, la peli de Berlanga es una gozada.
Este Mister me gusta revisarlo cada cierto tiempo.

besos!

Carlos Frontera dijo...

Una postura de lo más honesta. Está bien eso de echarle cara y coger a la Literatura de las solapas para sacudirla y despojarla de tanta solemnidad.

Diego N. dijo...

Tus cuentos son unos poemas cojonudos. No sé si eres un buen o mal escritor, si escribes Poesía o poesía, me da igual el tratamiento que le des al género en cuestión
(a éste y a todos) pero ten en cuenta una cosa: Tus cuentos son unos poemas cojonudos.

Un saludo