viernes, 1 de abril de 2011
Picnic
La fotografía es de Pier Luigi Riccio
-¿Hacemos un picnic?
-Qué buena idea, la verdad es que hace un día magnífico, pero lo siento, hasta la semana que viene no tengo ni un solo día de descanso.
-Yo estaba pensando, bueno, en matar dos pájaros de un tiro.
-No te entiendo.
-Mira, podemos, no sé, te acompaño al trabajo y ya buscaremos ocasión para sacar la merienda. ¿No dices siempre que en el patio de la cárcel hace un sol espléndido y que los presos se distribuyen alrededor de un gran rectángulo imaginario como si fuese una piscina imaginaria?
-Sí,se broncean, hacen ejercicios de gimnasia, toman refrescos y fuman como si no hubiese cosa en este mundo que les preocupase. Pero hay algo que no tienes en cuenta: ellos están dentro, no pueden salir; tú estás fuera, no puedes entrar.
-Podría ser una fuga a la inversa, escapar del exterior, huir hacia dentro. Me has contado tantas cosas bonitas de la cárcel, del tiempo libre que todo el mundo goza, de las aventuras que se corren, que esta mañana me he levantado con esa fantasía.
-No es algo que esté fuera del alcance de nadie, basta con un simple robo con fuerza, un sencillo asesinato, una tímida violación.
-Ay, bueno. Mi idea era sólo hacer un picnic, estar contigo en un lugar tranquilo, soleado, y como me has hablado tantas veces de lo mismo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Desde luego se saca una buena lectura de tu relato, caemos en tantas incongruencias a diario que la frontera a veces no se sabe donde está. Recuerdo parte de la letra de un fandango que decía, "los locos no están adentro, los locos están afuera donde nadie está contento".
Gracias por compartir.
Un saludo
¡Fuga interior con bocata!
Mabrumas, masombras, macongojas.
Publicar un comentario