lunes, 1 de agosto de 2011

Lois Pereiro


Lois Perereiro en A Coruña

Desde el año 1963 cada 17 de mayo la Real Academia Galega celebra, al principio casi desde la clandestinidad, el día de las letras galegas, consistente en un homenaje que honra la vida y la obra de un autor que por fuerza ha de llevar como poco diez años muerto y por supuesto haber escrito su obra en gallego. Se trata no sólo de un día festivo oficial, sino también de un encuentro cultural, editorial y social con el autor elegido. Durante los meses siguientes el homenajeado tiene una presencia mediática a través de su obra y su imagen comparable a la de cualquier estrella de cine que estuviera promocionando una película post-mortem. Este año el designado ha sido el poeta Lois Pereiro. Las librerías de toda Galicia se han llenado de ediciones de su breve obra, de biografías, estudios, ediciones bilingües, traducción al inglés, afiches y fotografías de quien en vida sólo había publicado un par de libros, brevísimos: Poemas 1981-1991, Ediciones Positivas, 1992, y Poesía última de amor e enfermidade, Ediciones Positivas, 1995, con gran éxito de ventas y repercusión en el mundo contracultural gallego, entre escritores jóvenes y grupos de pop y rock. Las redes sociales se han encargado también de difundir sus versos y sus ideas. Para desarrollar este artículo utilizo dos fuentes fundamentales: La edición bilingüe de su Obra Completa en Libros del Silencio, mayo de 2011, y el cómic de Jacobo Fernández Serrano titulado Lois Pereiro. Breve encontro, un achegamento comiqueiro á biografía e á obra do poeta, Edicions Xerais de Galicia, mayo de 2011.

Lois Pereiro nació el 16 de febrero de 1958 en Monforte de Lemos, provincia de Lugo, y murió el 24 de mayo de 1996. Unos muy cortos 38 años que estuvieron dominados fundamentalmente por dos fuerzas que él mismo menciona en el título de su segundo y último libro publicado: el amor y la enfermedad. Lois Pereiro era el segundo de tres hermanos, hijo de una maestra y un abogado metido a cristalero, aficionado a la lectura desde niño, al cine y a la música en una pequeña ciudad que había sufrido la crisis de una reconversión ferroviaria, pertenecía a una generación posterior a la del compromiso político, sobre todo del nacionalismo de izquierdas, así que buscaba los rastros de esa cultura que existía más allá de las autárquicas fronteras franquistas. Sin embargo, por encima de las aspiraciones universalistas y libertarias, Lois nunca se planteó escribir en otra lengua que no fuese el gallego. En el año 1975 se marchó a Madrid a estudiar Sociología, que enseguida abandonó para matricularse de francés, inglés y alemán en la Escuela Oficial de Idiomas. En 1981 resultó envenenado por la adulteración de aceite de colza para hacerlo pasar como si fuese de oliva, que afectó a sesenta mil personas y mató de cuatrocientas a mil, según sean las estimaciones, de lo cual quedó afectado para siempre en lo físico y en lo anímico. En el año 1994 después de haberse encontrado al borde de la muerte fue diagnosticado de sida. La vida de Lois Pereiro tiene todos los hitos del maldito poeta maldito. Una única novia, Piedad Cabo, a la que había conocido en el instituto, a los dieciséis años, a la cual más allá la ruptura, producida en 1984, siguió teniendo como referencia de la comunicación amorosa. Declaraciones que acabarían siendo premonitorias, como la que le hace a Piedad nada más conocerla: “Nunca escribiré en castellano. Publicaré un libro y moriré joven, como Manuel Antonio”. Trabajos esporádicos como traductor para la televisión autonómica, en espisodios de Kung Fu, de Dallas, o de pelis porno si no había otra cosa. Los amigos, los bares, los viajes por Europa en tren tras las huellas de sus referentes míticos: Joyce, Beckett, Dylan Thomas, Thomas Bernhard. Su desapego de los círculos literarios. Las huellas de la enfermedad en su porte físico, su aire de dandy entre el suburbio y el rural. Pero sobre todo su acierto con las palabras: “Soy un relato breve. El final está escrito, y todo lo que veo está sentenciado a sobrevivirme.”

Es muy interesante acercarse a este poeta, maldito poeta maldito, y la edición bilingüe de su Obra completa en Libros del Silencio nos lo permite con toda comodidad, así como el fabuloso cómic, que hemos mencionado arriba, donde la historia personal, la propia obra y los referentes culturales quedan magníficamente dibujados, fijados en una iconografía que llegará a ser canónica. No os lo perdáis.

3 comentarios:

Lansky dijo...

Desde mi ignorancia, no por confesa más perdonable quizás, de este autor, un comentario frívolo (o no tanto): ¡qué bonitas portadas las de sus libros!

Un saludo

hombredebarro dijo...

La ignoracia es siempre perdonable y una suerte, Lansky, porque nos ofrece la oportunidad de nuevos descubrimientos. Tampoco yo lo conocía hasta hace bien poco. El comic del que hablo es muy chulo. Está en gallego, pero se lee sin problemas.
Un saludo.

ComoPezEnElAgua dijo...

Se que no nos conocemos pero bueno...tengo el placer de ser gallega y como tal,puedo leer en gallego con claridad.
He leido la obra completa que mencionas este verano y solo me queda advertirte que las traduciones,nunca son exactas del todo,como en cualquier idioma.Hay matices que se escapan...ya sea por el significado exacto de una palabra o porque tu,simplemente no sientes la misma realidad...
Sonará como un desprecio a vuestra capacidad de razonamiento,o incluso me tachareis de "nacionalista"
viniendo de mi boca pero me cuesta creer que alguien "no gallego",alguien que no se ha criado en esta tierra,con nuestras costumbres,usando nuestra lengua...con nuestros sufrimientos tan nuestros a lo largo de siglos...pueda sacar la esencia a la obra de Lois Pereiro.
Soy joven,y quizás sea cosa de la edad pero siento a Galicia como mi hogar,en pequeñas dimensiones pero con grandes ambiciones.
Reitero,no creo capaz a ningun español de pura cepa a entender verdaderamente estas obras.Aun asi,si alguien me demuestra lo contrario...ole sus huevos.

ComoPezEnElAgua