miércoles, 30 de mayo de 2012

Conversación con un editor





-De qué va la novela, me preguntó el editor.
-No es exactamente una novela.
-En fin, el libro, de qué va.
-Son veinticuatro capítulos, a veces hablo en primera persona y a veces en tercera. El narrador echa mano de algunos episodios de su vida como el momento en el que empezó a usar gafas graduadas o aquellas veces que estuvo a punto de perder la virginidad.
-Ya. ¿Algún episodio histórico?
-No, ninguno.
-¿No has usado el 23 F y la intentona de Tejero?
-No.






-Cuál crees tú que es el tema de tu libro, me preguntó el editor.
-A ver se habla mucho de la muerte, pero no creo que ese sea el tema.
-Explícame eso.
-No sé. Aparece una pareja en la que él se ahorca y ella se pega un tiro. Otro personaje muere quemado en su cama a causa de un cigarrillo encendido. Una madre arroja a su hijo a un contenedor de basura. Un avión devuelve a unos soldados que han volado por los aires y sus pedazos no son mayores que bombones.
-Vaya.
-Bueno, pero con todo te puedes reír.
-Un sentido del humor algo macabro, ¿no?
-Sí. Pero no siempre.





-Explícame eso de que el humor no es siempre macabro.
-¿En el libro?
-Claro, en el libro.
-Bueno, no sé. Son personajes que siempre intentan divertirse.
-¿Cómo?
-Bebiendo, se bebe mucho en el libro, a deshoras, en hoteles, en la calle.
-Eso no parece tener mucha gracia.
-Dicho así la verdad es que no.
-Al final alguien se corta un trozo de cachete del culo.
-¡Ah!
-Sí, es como el desenlace. Una especie de decisión vital.
-¿Y piensas que al lector todo eso le puede hacer gracia?
-Eso espero, claro.





-¿Es un libro muy largo?
-No, largo no es.
-¿Y los capítulos?
-Tampoco. Cada capítulo está dividido en varios fragmentos.
-¿Cómo se titula?
-He dudado mucho con el título y cada vez que lo he cambiado he configurado el libro de una manera. Prefiero no adelantar el título todavía.
-Ya. Pero a lo que me vas a enviar le habrás puesto alguno, ¿no?
-Sí. Y una cita inicial.
-Vaya, así que tiene una cita.
-¿De quién?
-De Roger Wolfe.
-¿De quién?
-De Roger Wolfe, el poeta.
-No lo conozco.
-¿Americano?
-No.
-¿Inglés?
-No, español, no lo sé. Escribe en español.
-Suena bien.






-¿Entonces mando el libro?
-Mándalo.

2 comentarios:

Rosana dijo...

Suerte....

Luis Recuenco dijo...

No sé cómo funciona la industria editorial, pero a tenor de la media tecnológico-moral del empresariado patrio, no sería un disparate que algún editor te publicara el Quijote si lo presentaras con los avales de conspicuos generadores de opinión.

Un abrazo.