martes, 3 de mayo de 2016

La magia de los días. Entrevistas breves con lectoras sugestivas. Pepe Narbona








JoseMNarbona, recién nacido o amnésico: mi recuerdo más lejano es de cuando el librero me engañó. Iba a comprar ‘Cincuenta sombras de Grey’ y cuando llegué a casa me encuentro con ‘La magia de los días’ de (José) Antonio Báez. Quizás esa fue la magia de aquel día, que te cambien un libro por otro y ni te enteres: ‘Çiñoagüé’ (para saber más de esta palabra se puede acudir a internet, que todo lo sabe), dijo el librero, el prestidigitador de los libros.
De profesión, tirar palante y de aficiones contarle cosas al ordenador y que me saquen a pasear, a veces mi mujer (y mi hijo) y habitualmente la Bruja, esa perrita que también y tan bien hace magia.


Pepe, tú yo fuimos juntos al instituto, así que durante la adolescencia y primera juventud compartimos muchas cosas, como fiestas, salidas, barrio, etc... Supongo que en el libro habrás reconocido ciertas situaciones o personajes. ¿Recuerdas aquel tiempo de forma parecida a la mía o tienes otra percepción?


Tengo hermosos recuerdos de aquella época (emborrados por la presencia continua de un tío que me estafó en la compra de unos libros). Las fiestas, las salidas, el barrio, nuestro lugar de reunión en torno al asador de pollos… En el relato del capitán Trueno he visto reflejada nuestra juventud. Las veces que le dio al ‘Juanca’ por Neil Diamond y la zarzuela y por las fotos y por la música y por el perro que se compró. La peluquería de su madre la recuerdo, pero yo no tenía esos sueños con las clientas. Recuerdo los días en el instituto, en el que entramos siendo niños y salimos siendo hombrecitos. Las veces que, sin ningún éxito, intentábamos ligar. Las playas en verano… Tengo infinidad de recuerdos, todos ellos magníficos. Y me acuerdo de tantas chicas que me gustaron en el instituto. Y tantas cosas más.
 
Tengo una deuda grande contigo, porque cuando estábamos en COU yo te compraba libros de una colección de quiosco titulada Obras Maestras de la Literatura Contemporánea. Hace poco, para hacer sitio en mi casa, me deshice de la mayoría, que me han acompañado durante más de 25 años. Ahí leí por ejemplo A sangre fría, Lolita, La peste o Viaje al fin de la noche. Me alegro de que me timaras...

No fue un timo. Y si lo fue, yo fui la víctima. Tú elegiste lo mejor de la colección a un precio muy inferior al que me había costado a mí. Esos títulos forman parte de la Historia de la Literatura. Hay mucha gente que escribe y mucha gente que escribe bien, y que escriben buenos libros, pero no todos van a ocupar un lugar en la Historia de la Literatura, pero las que has nombrado sí. Algunos de esas obras (que no tenías ni puta idea que se hubieran escrito y no conocías siquiera el nombre de los autores) están universalmente reconocidas. Si no hubiera sido por mí no habrías pasado más páginas en tu vida que las de las revistas para adultos. Me debes tus inicios en la literatura, me debes parte de tus libros, me debes tus aficiones, me debes tu interés por los libros, me debes dinero, me debes parte de tus recuerdos, me debes que te ayudara a tener una mejor adolescencia, que te sacara a pasear cuando nadie quería saber nada de ti. Y también una comilona. Y eres un desagradecido que dices que fuiste timado…

¿Cuáles son tus autores favoritos?

Yo soy de Gabriel García Márquez, de Pablo Neruda y, especialmente, de Borges. Nadie me gusta más que Borges, al que releo con asiduidad. Tengo sus obras completas (eso dice el título de los cuatro tomos). Por otra parte, aunque parezca contradictorio después de lo que he dicho, yo no soy de autores, soy de novelas, de obras. Mis gustos son amplios, pero abandono rápidamente muchas novelas que no me enganchan. Últimamente la novela ha cambiado, hay mucha gente que escribe una novela muy buena, pero la segunda baja de calidad y la tercera, con la que ponen fin a su carrera, mejor ni leerla. Me gusta la novela histórica, las novelas que me aportan algo, Coelho también me ha aportado cosas. Me gustan las novelas de suecos que están de moda y que escriben sobre detectives, porque son amenas: leídas y olvidadas, pero las de Millennium me gustaron mucho y las he releído. Leí varias de Matilde Asensi, de Pérez Reverte, de Isabel Allende. Ahora recuerdo que mis primeras lecturas fueron de Enid Blyton (los cinco) y Karl May, unas novelas del oeste que mi madre compró en el Círculo de Lectores y que me entusiasmaban y que leí varias veces. Ahora con internet puedes leer muchas cosas, muchas novelas. He leído de mucha gente, decir autores favoritos, es difícil. Recientemente he leído tres de Khaled Hosseini, que creo que es afgano, pero no puedo decir que sea un autor favorito. De Ken Follet me gustan sus obras, aunque creo que éste debe ser un negrero y tener un montón de negros escribiendo para él. Estos autores que escriben anualmente libros de mil páginas seguro que no trabajan solos. Pero me gustan sus obras. Hablar de escritores y obras puede llevar días, considerarlos favoritos es otra cuestión. Poe, Juan Rulfo, Pío Baroja… ¡yo que sé! Vaya preguntas que haces.

Tienes algún libro publicado en Amazon y tienes intención de publicar una novela. ¿Cuáles son los asuntos sobre los que te interesa escribir?

He publicado un par de cuentos para niños. Están en Amazon. Son de un búho despistado que es detective y que resuelve los asuntos de aquella manera. Son interactivos y el pequeño lector puede decidir algunos aspectos sobre el desarrollo del cuento. Me gusta escribir cuentos para los más pequeños (tengo escritos varios), porque ahí dejo volar mi imaginación. Por otra parte, casi con toda seguridad voy a publicar una novela ‘Para Elisa’. Seguramente la presentación será en este mes de mayo. En ellas se reflejan muchas de mis cuestiones acerca de la vida. Es una historia compleja, un tanto densa y, aunque la he aligerado (por recomendación de mis lectoras-asesoras), al final no he recortado lo suficiente, de acuerdo con sus opiniones, pero no quería ‘mutilar’ mi novela. Una de las cosas que me gusta de ‘La magia de los días’ es que es ligera, amena en su lectura. Creo que ‘Para Elisa’, en cambio, requiere una lectura lenta, y no sé si los posibles lectores estarán dispuestos a ello o terminarán echando la novela a la chimenea, que seguro que arde bien. Recientemente, porque así me lo han recomendado, para estar un poco en las redes, por si alguien que lee alguna cosita mía quiere conocer algo más acerca de mí, he iniciado un blog en el que voy a ir insertando un libro de relatos que tengo escrito “Çiñoagüé” y una serie de “Personajes que surgieron del teclado”. El blog se llama josemnarbona.blogspot.com.es. Por esa misma razón, también me he dado de alta en Twiter. Yo hasta hace poco era ajeno a las redes sociales.

¿Qué es lo que menos te ha gustado de La magia de los días?


Me ha gustado mucho, en general. Quizás me descuadra (o me desconcierta) el nombre de Esperanza Aguirre del personaje del último capítulo. Lo mismo tienes razones que desconozco para usar ese nombre. Me gusta que se lee rápido y me encanta el personaje de Adán, porque me gustan los personajes peripatéticos y las situaciones hasta cierto punto absurdas de las novelas.

Pepe, me has leído porque somos amigos, pero de no serlo, ¿hubieras comprado un libro de un fulano que no tiene marca de reconocimiento?

No. Definitiva y desgraciadamente no. Tradicionalmente se ha leído lo que dicen las tres o cuatro editoriales que manejan el cotarro. Recuerdo que hace varios meses leí en un periódico de tirada nacional la relación de los mejores libros de 2015 (los que ellos decían que eran los mejores). Casi todos estaban editados por su grupo editorial, lo que deja en entredicho la imparcialidad del informe o del periodista. Luego, estos premios literarios, que sirven para vender muchos libros y que a veces le dan uno de los premios a algún famoso que no es ni escritor, lo que termina por desprestigiar al propio premio. Yo antes compraba los libros premiados, pero luego dejé de hacerlo, porque dejó de ser una garantía de buen libro. A veces me sentía estafado. El lector cree que elige, pero es todo lo contrario. El lector nunca elige lo que va a leer. Lee lo que los editores quieren que lea. De todas maneras, las pequeñas editoriales, que necesitan gente nueva para competir contra los monstruos, el ebook e internet, han abierto mucho las posibilidades de leer. Ahora te puedes descargar gratuitamente (por desgracia, pero, al mismo tiempo, por fortuna para los escritores) un montón de libros que antes ni se te ocurría comprar y lo mismo alguien se descarga tu libro, lo recomienda y el boca a boca te puede dar la posibilidad de que una editorial más fuerte te haga algún contratillo y te ponga tu nuevo libro en un montón de librerías (aunque no es fácil que esto ocurra). Entonces, el monstruo pasa a ser el hada madrina.


No sé si le recomendarías la novela a tu hijo, por ejemplo. Creo que nuestros hijos van a tener una percepción diferente de su pasado. Nuestra vida tenía muchas más limitaciones que la suya. ¿Qué piensas?

Mi hijo no es de mucho leer. Yo he escrito un montón de cosas y no le ha dado siquiera por preguntar ni por el título de la obra. Pero sí se lo voy a recomendar a lectores (lectoras, mejor dicho) que devoran libros. Voy a recomendar que se compre en la biblioteca de la Agencia Tributaria (no sé si me harán caso).
En lo que respecta a las limitaciones del pasado no estoy de acuerdo contigo. En nuestra juventud no había limitaciones, había lo que había y con eso nos apañábamos. No había internet y qué. No había móviles y qué. ¿Alguna vez los echaste en falta? No estábamos continuamente localizados y qué. Las cosas son distintas, han cambiado. Ahora resultaría difícil volver al pasado y renunciar a muchas de las cosas que tenemos, pero el futuro será igual, con cosas nuevas que ahora no tenemos, pero que no por ello creo que debamos hablar de limitaciones.


No te he sacado todavía en ninguna historia, pero si lo hiciera podría coger alguna anécdota interesante que compartimos y luego retorcería el asunto a mi conveniencia, ¿te importaría?

No. Todo lo contrario, me acuerdo cuando me abandonaste en un bar de Granada sin pagar. Eso fue una putada, propia de ti. Y sí me has sacado: una noche nos ‘robaron’ dos o tres o cinco duros en el parque de la plaza de la Luz y a eso sí haces referencia por ahí. Tengo muchos recuerdos, un día nos reunimos y hablamos de nuestra juventud y sacas todas las notas que consideres.

Cuando lees un libro, ¿te gusta identificarte con algún personaje? ¿qué opinas de Adán?

No me identifico con ningún personaje del libro. Creo que tampoco te identifico a ti con ninguno. En lo que respecta a Adán es un pedazo de personaje, pero eso es mérito del autor. Quizás no me cuadra que siendo tuerto no llame más la atención. Al Adán de las Escrituras le sacaron una costilla y a éste un ojo y le cortan un dedo, se ve que el nombre va asociado a mutilaciones. Tener un solo ojo no suele pasar desapercibido y puede suponer un rechazo a la hora de mantener relaciones. En la novela no parece que a las mujeres con las que se relaciona Adán pongan muchos reparos. En todo caso, me alegro por Adán. No le van bien las cosas, pero al menos que folle con diversas mujeres, que es lo único positivo que le pasa. A mí, personalmente, si el parche va a juego con las enaguas o con el picardías, pos palante. A mí siempre me puso Ana Bolena, pues tenía mucho de misteriosa y creo que me quedará la duda de saber qué se escondía tras el parche.

Durante mucho tiempo no nos hemos visto, lo típico de que la vida te lleva por caminos diferentes, sin embargo he tenido una foto de grupo en la que tú salías en el salón de mi casa. Normalmente la gente tiene a sus familiares. Yo tenía a un grupo que parecía de quinquis, aunque éramos de los niños buenos del barrio..., de los que salimos adelante, ya que allí cayó mucha gente en la droga y había mucha extorsión, atracos, etc. ¿Qué me dices?

Dios, el azar, el destino, la casualidad, las circunstancias, o lo que sea gobiernan nuestra vida, todos los detalles, hasta la mínima cosa de nuestra vida. Sea lo que sea, es absolutamente injusto, prevaricador (toma decisiones injustas a sabiendas de que lo son, pues no nos trata a todos de la misma manera, que sería lo justo). Por qué hay personas con distintas fortunas, por qué unos van por un camino y otros por otro, por qué unos viven cien años y otros apenas viven tres. Por qué a unos la vida les concede todo (lo material) y otros el único derecho que tienen es a morir (de momento, que lo mismo cualquier día también lo limitan). ¿Quién decide todo esto? Un día pasas por la calle y se cae una maceta que te puede caer sobre la cabeza o a medio metro. La diferencia entre ambas circunstancias son importantes (no sé si la percibes, pero es así). También es importante la diferencia de si esa maceta cae sobre tu cabeza o sobre la cabeza de una persona que te importa, o si cae sobre la cabeza de un desconocido. Lo primero marca tu vida, lo segundo te es intrascendente.
Por otra parte, yo nunca me sentí inseguro en el barrio ni era consciente de que hubiera tanta droga o delincuencia. El barrio de la  Luz es un barrio muy grande y hay zonas mejores y peores. Creo que en mi zona había mejor ambiente que en la tuya. La sensación que yo tenía es que era un barrio de gente trabajadora. Nosotros éramos hijos de trabajadores y sabíamos cuáles eran nuestras obligaciones y las asumimos: estudiar e intentar salir adelante. Todos vamos buscando las personas con las que encontramos más afinidad y así se forman los grupos. Yo no pertenezco a un grupo en el que no estoy a gusto, lo mismo que tú y que nadie. Yo no estoy a gusto con gente que hace cosas que no me agradan y me aparto de ellos (ellos también me apartan a mí, pues no tengo espacio en esos círculos). Muchos de esos que van por ahí con sus malos (apreciación absolutamente subjetiva) rollos seguramente no estarían a gusto en un grupo en el que uno te vende un libro y luego te somete a un interrogatorio como si fuera un delincuente.

 
Un abrazo, Pepe.


Un beso, Báez.

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