Un payaso callejero, desgreñado y barbudo. Más bien un hippy simpático, guiri, sin técnica alguna de clown. Va y viene entre las mesas con su pantomima y una peluca amarilla que se le cae. En esto que le viene de frente un señor simpático con camisa de rayas, y durante tres, cuatro segundos lo enfrenta, le hace un amago muy breve, le suelta la mano en señal de saludo, rápido, y el payaso callejero es desconcertado en un instante, ya que le hubiera correspondido a él iniciar el gag. No los observa casi nadie. Ha sido un encuentro accidental. El señor continúa su camino a la cafetería. El payaso sigue con sus desmañadas evoluciones. Nunca sabrá que le acaba de estrechar la mano a un gran payaso. A Fofito. Pero a mí se me ha saltado el corazón del pecho. Lo he visto todo desde una de las mesas. No me lo puedo creer. Así que envío a quien pueda comprobar la identidad de ese señor de una manera más serena, porque yo soy presa de un estado de agitación que me tiene conmocionado. En efecto, es él. Fofito. En los siguientes minutos me doy cuenta de que no volverá a pasarme por la vida una oportunidad como ésa. Saco fuerzas de donde sólo hay desmayo. Me acerco a Fofito y le participo mi admiración.
lunes, 23 de junio de 2008
Epifanía
Un payaso callejero, desgreñado y barbudo. Más bien un hippy simpático, guiri, sin técnica alguna de clown. Va y viene entre las mesas con su pantomima y una peluca amarilla que se le cae. En esto que le viene de frente un señor simpático con camisa de rayas, y durante tres, cuatro segundos lo enfrenta, le hace un amago muy breve, le suelta la mano en señal de saludo, rápido, y el payaso callejero es desconcertado en un instante, ya que le hubiera correspondido a él iniciar el gag. No los observa casi nadie. Ha sido un encuentro accidental. El señor continúa su camino a la cafetería. El payaso sigue con sus desmañadas evoluciones. Nunca sabrá que le acaba de estrechar la mano a un gran payaso. A Fofito. Pero a mí se me ha saltado el corazón del pecho. Lo he visto todo desde una de las mesas. No me lo puedo creer. Así que envío a quien pueda comprobar la identidad de ese señor de una manera más serena, porque yo soy presa de un estado de agitación que me tiene conmocionado. En efecto, es él. Fofito. En los siguientes minutos me doy cuenta de que no volverá a pasarme por la vida una oportunidad como ésa. Saco fuerzas de donde sólo hay desmayo. Me acerco a Fofito y le participo mi admiración.
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14 comentarios:
Lunes antes de almorzar una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que ...planchá...
Enorme
Mi infancia, como la de muchos, no podría entenderse sin los payasos de la tele. Así que me uno a tu admiración por fofito, y aunque jamás me oirá, le doy las gracias por todo.
Besitos/azos
Comprendo y comparto esa emoción y sinceramente me alegro porque sabía de tus simpatías por Fofito.
También comenté algo en aquella entrada sobre el payaso, que respondiste de manera algo brusca. (Desde entonces me cuesta bastante hacer comentarios)
Un saludo
¡dios mío,
qué foto tan emotiva y tan bonita!
El payaso es una figura muy rica, porque es ambigua: produce, a veces, alegría, pero despide tristeza, porque revela algo de la condición humana. La grandeza de los payasos de la tele es la de haber utilizado un medio tan "antipayasil" con gran eficacia. Porque un payaso no es un cómico, ni un monologuista, es un ser patético del que nos reimos hasta que se nos congela la sonrisa porque vemos que nos estamos mirando en un espejo.
Qué suerte tienes, ladrón, con Fofito, cosa fina, fina.
Mita, Hola, desde luego las canciones de los payasos son muy incorrectas políticamente. Como la época.
Sí, Alberto, enorme, Fofito, no me lo creo, lo pienso y no me lo creo.
Hombre, Mariano, cuánto tiempo, me alegro de verte por aquí. No, sin los payasos de la tele estaríamos huerfanitos.
Hola, Sirena, siento lo que dices, no recordaba el comentario, que de verdad peca de escueto. Así que te pido excusas. Y no dejes de hacer comentarios siempre que te apetezca. Un saludo.
Sí,xrisstinah, es muy chula y estoy muy contento, ya que mi capacidad mitómana es muy reducida.
lansky, tú lo has dicho muy bien. Y yo añado que se ha perdido mucho en el arte de la bufonería, nadie quiere ser un ser ridículo. La cual sería la mejor manera de ser un ser.
Sí, oscar, canela en rama.
Un saludo a todos.
Fofito, los payasos, Chuta Ramón, qué GRANDE, cuantos recuerdos, cuantas tardes oscuras delante del televisor. Gracias por el post, la foto y los recuerdos.
Un saludo.
¡Menuda sorpresa! Creo que ya te comenté en otro post que yo también siento cariño por los payasos de la tele.Todavía recuerdo con cierta congoja la muerte de Fofó,tan prematura para todos nosotros.Después le siguió Gaby,y después murió nuestra infancia.Sinceramente me hubiera gustado estar allí contigo y con fofito.
Es un post para visitarlo más de una vez.
Un fuerte abrazo.
No me extraña tu emociónnnnnnnnn. Leemos todas nuestras infancias en sus arrugassssss
Gracias, cgamez, son recuerdos compartidos por toda una generación.
Sí, Francisco, es una foto en la que podría estar todo el que quisiera, yo soy una especie de comodín que representa a mucha gente.
El otro día mi amiga Rita, que estaba en el momento del encuentro y que se llevó en su cámara una instantánea, me contó que se la había enseñado a una amiga y que le había preguntado si conocía al de la foto.
Su respuesta fue:
-No, pero el que está con él es Fofito.
Como dijo Alberto más arriba, Enorme. La gente es Enorme.
Hola, Leo, esas arrugas iban ligeramente maquilladas, quizás porque venía de alguna entrevista en tv, o algo así.
¡¡¡¡Síííííí!!! Yo estaba allí y fuí testigo de esa gran emoción (de esa cara de emoción también me llevé una instantánea).
Hombre de barro: MUCHAS GRACIAS!!!
(Te enviaré la foto, lo prometo)
Hiciste lo que debías. Enhorabuena. También por la foto: es un tesoro.
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