lunes, 9 de junio de 2008
Segundo bote de humo
Fernando Merlo (1952), poeta malagueño muerto a los 29 años.
Algunos textos de Escatófago (Completas 1968-1972)
Acostarse es muy fácil, facilísimo
arrojar la esperanza a la basura
cuando, al fin, ni se siente ni se suda
amor, y el hombre se congela vivo.
Pero yo, os lo juro, no estoy muerto;
y no le coloquéis a mis poemas:
"Aquí yace F. Merlo, fue poeta."
(Poeta, sí, pero poeta con dos cuernos
enormes, como dos armas en vilo
dispuestas a morder, con agravantes
de chulo, de vulgar, y de asesino
de congéneres cursis, de elegantes
poetisos de salón.) Ahí queda el tiro,
y a quien le haya jodido que se aguante.
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Elegía por la muerte de Nafa
Nafa murió como morimos todos
su corazón se puso blanco y quieto
Nafa murió como una tarde triste
se podía leer en sus mejillas
la noche
Nafa, amor, qué consuelo verte limpio,
tiernos los ojos, tiernas las pupilas,
tierno tú, Nafa, tierno, tierno, tierno,
se puede ver tu carne casi agua
morirse
Los pájaros con sólo ramas tuyas
porque tuyos son, Nafa, los inviernos
cálidos, y pronuncian en su vuelo
las músicas inmensas de los años
felices
Pero te has muerto, Nafa, y te has llevado
un trozo de esta tierra entre los dientes
Nafa ladrón de besos, Nafa célula,
ajeno ya, ya muerto, a toda historia
de mierda
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A sus venas
Estos cauces que ves amoratados
y de amarillo cieno revestidos
eran la flor azul de los sentidos
que hoy descubre sus pétalos ajados
Besos verdes de aguja en todos lados
hieren la trabazón de los tejidos
y denuncian los brazos resentidos
la enigmática piel de los drogados
Las que llevaban vida y alimento
son tibias cobras de veneno breve
blanco caballo con la sien de nieve
Trotando corazón y pensamiento
que por las aguas de la sangre vierte
con rápido caudal la lenta muerte
Fernando Merlo es el protagonista del relato de Mucha suerte que titulé "Recuerdos del pelo largo".
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2 comentarios:
Qué bueno es, era, el hijoputa. El primer soneto me ha dejado asombrado. El último, tan de un Garcilaso drogodependiente, otro mazazo. No había oído hablar nunca de él. ¿Quién escribe la historia de la literatura, los resentidos?
Sí, Enrique, es bueno. Y muy interesante. Escatófago no es demasiado difícil de encontrar, creo. Merece la pena.
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