martes, 13 de enero de 2009
La ilusión como condimento
"Pin-up", de Mel Ramos
Se me ha hecho el culo Pepsicola. Podría expresarlo mucho mejor, pero dudo que tan gráficamente. Soy seguidor asiduo del blog del excelente crítico y profesor Fernando Valls: La nave de los locos. En la segunda entrada que hace sobre la narrativa española del 2008, dedicada al formato breve (relato y microrrelato) tiene la generosidad de mencionar, entre otros libros, el nuestro: Aquí.
La sola mención de Mucha Suerte en ese espacio, tan bien arropado por otros libros de cuentos publicados en el 2008, es una grata recompensa a este trabajo de escribir, que tiene tantas servidumbres rutinarias, como cualquier otro. Esto me lleva a pensar en lo fácil que es ilusionar al escritor cuando está empenzando. En cierta ocasión, hace años, tuve el atrevimiento de presentarme a un concurso literario de ámbito nacional. Fue la primera vez que por un instante me sentí escritor. Fue el momento en el que el cartero me entregó el manuscrito que la organización le devolvía a los participantes.
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3 comentarios:
No se puede vivir sin ilusión. Y ya tienes una nueva ahora, ¿no? Supongo que irás a Madrid a conocer a Juan Cruz, o mejor, a que él te conozca a ti. Hala! a regalarle Mucha suerte.
:)
Besos
Pues no podré y mira que lo siento, me quedaré sin conocer en persona a Juan Cruz.
No me parece poca cosa que le mencionen a uno, sobre todo si quien lo hace tiene esa categoría.
Creo que no habría que perder las ilusiones. ¿A los consagrados, en distintos grados, no les hace ilusión que les sigan mencionando y reseñando? Entonces es que falla algo.
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