domingo, 27 de diciembre de 2009

Aquel frío





Lo digo así, muy reconocible:
me acodo en mi recuerdo:
yo he pasado mucho frío
y en mis ojos musgosos está el rastro.

Mis hijos no me llaman porque antes de nacer
se deshicieron en mi memoria, pero también de mi memoria.
Mis hijos gritan desnudos en un baño caliente
con esa alegría de dedos arrugados.
Que no lo sepan, que me acodo en mi recuerdo:
todo está tan lejos de ellos
como estuvo de mí el temblor
de mis ancestros.

No es posible ni fiable el frío de otro tiempo
en el tiempo de hoy.
Sólo leyéndolo me parece que puedo soñar
aquel frío. Alguien escribe que siente frío
e inmediatamente mi frío se hace presente.
Aquí.
Yo soy un hueso en el aire helado,
un instante bajo la tarde sin sol,
la píldora que hace efecto en tu sangre.

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