miércoles, 9 de junio de 2010
Conozco un atajo que te llevará al infierno, de Pepe Cervera, e.d.a. libros
Hay demasiados libros, y casi todos cuestan menos que el trabajo de buscarlos inútilmente en muchas partes. No lo digo yo, pero lo pienso. Conozco un atajo que te llevará al infierno, colección de relatos que compone el mosaico de la vida de un personaje central que es Andrés Tangen, escrito por Pepe Cervera, sería para mí uno de ellos si no hubiese dado con él en el stand de la editorial e.d.a. en la recién acabada feria del libro de Málaga, más aburrida que un mojón. El encuentro entre un libro y un lector, un lector al que va dirigido ese libro, es un acontecimiento que podríamos calificar de dichoso. Me siento en deuda con el autor, al que no conozco personalmente, pero del que tengo referencias procedentes de la blogsfera literaria. Pago mi deuda con el agradecimiento por haber contado ese mundo periurbano en el que una generación a la que pertenezco ha desarrollado su educación sentimental.
En esos relatos está la crueldad preadolescente de los 11-12 años en el paisaje desolado de los extrarradios, donde cualquiera que los haya conocido reconocerá sus acequias y sus vías muertas. Mis amigos tenían otros nombres que los que aparecen en esas historias, pero con ellos aprendí a fumar, a manejar los luchacos, a robar de las huertas y de los camiones de reparto. Mis anécdotas, sin que sean las mismas, pertenecen a ese mundo que Pepe Cervera recrea en estas historias: las rutinas del barrio obrero, la falta de espacio en la vivienda familiar, el paso por la cárcel no sólo de los golfos, sino de alguien que se acercó demasiado a la parte chunga. Y en medio de ese ambiente los destellos iluminadores que procedían de la lectura, de los discos, de los pósters colgados en la pared del cuarto. Están ahí esas oposiciones a un puesto menor en la administración de Justicia como forma de prosperar, las derrotas sucesivas del tiempo que todo lo desgasta, esas pequeñas victorias que tanto cuestan, en una sucesión de historias que componen una biografía desde los años de aprendizaje hasta la escéptica cuarentena de un escritor que sabe que sus libros cuestan menos que el trabajo que el lector se ha de tomar en encontrarlos. Yo creo que todo aquel que buscó sus oportunidades por medio del bibliobús, las academias de barrio o en las tristes aulas de una facultad, como primera generación universitaria en su ámbito familiar, entenderá bien este libro, porque muchos de los amigos se quedaron en un camino sembrado de zancadillas. 10 euros lo que cuesta.
La primera frase del texto, la que dice: Hay demasiados libros, y casi todos cuestan menos que el trabajo de buscarlos inútilmente en muchas partes, pertenece al libro Los demasiados libros de Gabriel Zaid, Debolsillo, 2010, pág, 93.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Muchas gracias por la lectura que has hecho de mi libro, Antonio.
Pues me uno al agradecimiento de Pepe desde la parte que me toca. Desde su blog llego, amigo Antonio. Me alegro de verdad de que hayas disfrutado con la lectura de este libro que, como tu indicas certeramente, es uno de esos que nos reconcilian con la lectura (y su inesperado hallazgo con las Ferias, supongo :-)
Publicar un comentario