lunes, 17 de enero de 2011

Estampa para las llamas


La fotografía es de Rineke Dijkstra

El pelo siempre. Donde el pelo es el sujeto y siempre el verbo. Hay una fotografía en la mesa de fantasmas con pelo, donde tenemos menos de veinte años. Ya ves, uno trabaja en Carrefour, otro tiene una tienda de souvenires en Torremolinos, el Rubio está en Hacienda, la luz nos ha puesto algo amarillos. Llevamos unos pantaloncitos de deporte ridículos, apretaditos a los huevos, a esos huevos de veinte años, donde los huevos es la circunstancia del lugar. Todos miramos al futuro, a la inclemencia, a la muerte, donde el pelo nunca, y es nunca el verbo y el pelo sujeto. Hay quien se obsesiona con la ausencia. La ausencia ya estaba en nuestro porvenir. La enfermedad en los ojos cristalinos de la dicha. Este se cruza de brazos, con el pecho rubio al aire, otro se lleva las manos a la espalda con pose marcial, encarando el sol. Quien tiene la cerviz doblada del buey, quien mira por ver si viene algo, quien la chulería del pelo, complemento del nombre. No conocemos al autor de la fotografía, quizás un anónimo paseante aquel sábado por la mañana de deporte. Es terrible que exista esa fotografía, cualquier día sería bueno para ver cómo arde.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Qué bonito.
Qué frases tan herrrrrmosas.
Retorno a la pibez.

Lansky dijo...

"el rubio está en hacienda..."todo un resumen de la vida

hombredebarro dijo...

Gracias, Xrisstinah y Lansky.