martes, 29 de marzo de 2011

Refugio



La fotografía es de Jordi Cohen

La idea es buscar refugio dentro y fuera, en los ojos de los demás viajeros del subterráneo, por ejemplo. Es un proyecto que aún no está materializado. El detonante tendrá que proceder de un acto más allá de la sicología del individuo que se convierta en protagonista del relato. Una mujer se desnuda y abre los brazos delante de un espejo, una animal chilla en mitad de la calle. ¿Cómo habrá llegado este cerdo hasta esta calle? El cerdo lleva un cuchillo clavado en el cuello, es un surtidor, una fuente de sangre que cubre la acera y salpica las ruedas de los vehículos. Una mujer desnuda con un cuchillo en el cuello sale a la calle gritando que la quieren matar. Más bien ya está muerta, por mucho que chille como un animal traspasado por el miedo. La idea es actuar con total naturalidad, atraer con cualquier engaño a la calle a los servicios municipales de limpieza para que eliminen los rastros del crimen, las huellas. La idea es caminar con total naturalidad hasta la boca del metro y entrar para no volver a salir. Al menos vivo. El infierno es ese lugar cálido en el que los demás nos acogen, nos aman, nos amasan. El infierno está lleno de pasillos y corredores, de vías, de pasajeros, de músicos ambulantes. Una parada con un quiosco para desayunar unos donuts, un periódico gratuito, la compañía silenciosa, amarga y somnolienta de quienes podrían salir mañana a la calle con un cuchillo en la garganta gritando que se les va la vida cuando ya se les ha ido. El protagonista encuentra su refugio en ese infierno de bienestar del metro, en las esperas, los trayectos, las miradas ausentes, las luces que se comen los túneles. Arriba ha dejado una obra de arte sobre la vía pública, arte viviente. Una mujer que abre los brazos se quiere abrazar a un transeúnte que lleva los codos pegados al cuerpo, cosidos. Una mujer que se desangra como un animal al que el matarife le ha dado la cuchillada. No encuentra refugio, le parece que se hubiera perdido en un confín helado, porque su cuerpo pierde calor por el chiate de sangre. La mujer trata de encontrar refugio, de ver si en los demás tiene un hueco, ¿qué hueco le queda a una mujer ensangrentada con los brazos abiertos? Pero aún estamos en la fase inicial, cuando sólo hay un boceto.

1 comentario:

JORDI dijo...

interesante aunque me hubiera gustado que me hubieras pedido permiso para publicar mi foto en tu blog
suerte
jordi