sábado, 9 de febrero de 2008

El hueco


Lo que pasa es que fuera de aquí me aburro. Con papá y con mamá y con los juguetes que hay en mi cuarto y con el bebé que no saber hacer nada. Me aburro y me escondo debajo de la cama. Para sentir los latidos de mi corazón. O me meto bajo las sábanas y me quedo muy callado para oírlos pasar. El bebé de camino al cambiador con su caquita fresca, papá con el tenedor atravesado en un trozo de manzana, jugando a buscarme. En la oscuridad todo es mejor. Porque hay unos ojos muy fijos que me miran, porque una boca inmensa llena de dientes afilados se abre delante de mí, porque otro niño respira a mi lado, un niño que es como yo mismo, pero sin ojos. A veces me basta con meter la cabeza entre los brazos y apretarme los oidos y dejar de respirar. Pensé que este era un buen lugar, oscuro como debajo de la cama, en el que no se les ocurriría buscarme. Pero no sabía cómo llegar hasta aquí, así que le tuve que pedir ayuda a ella. A la señora mi amiga. Me abrió la puerta y me dijo:
-Pasa.
Estaba oscuro y cuando puse los pies en el aire comencé a caer. Caí muy, muy rápido hasta chocar abajo. Luego la señora mi amiga cerró la puerta arriba y se hizo la oscuridad total. Aquí es imposible aburrirse con las dos piernas rotas, con la cara llena de magulladuras, con los brazos arañados. Ahí arriba el ascensor sube y baja. Quiero quedarme a vivir aquí. De hecho ya no va a haber otra posibilidad. Antes he intendado gritar, pero no sé por qué la voz no me ha salido de la garganta. Me buscarán por todas partes, pero no se les ocurrirá que estoy en este hueco. Pensarán que ha venido un desconocido y que me he marchado con él. En la oscuridad, como en las profundidades marinas les ocurre a los abisales, me saldrá una luz en la punta de la nariz para poder guiarme a través de los túneles que comunican este hueco con los demás.

2 comentarios:

Marisopli dijo...

Mira que son puñeteros los niños y el que los retrata.

emmaskarada dijo...

Terriblemente niño aquel niño. Me ha dejado sin palabras.