miércoles, 20 de febrero de 2008

De dónde las viudas



La serie de relatos que componen “Las viudas” se articula a partir de la idea que yo tengo del género negro, apartado: mafiosos, y del cine erótico, cursi, años 70, llamado S. No soy un aficionado experto, pero me hace gracia cierta iconografía.
En primer lugar la del funeral americano, transmitida por el cine. Hace unos años echaban por la tele a unos horarios imposibles una serie que se llamaba "A dos metros bajo tierra", basada en un curioso libro, El enterrador, de Thomas Lynch. Nunca llegué a ver un capítulo entero de la serie, pero leí el libro, que tuve la mala pata de prestarle a la pareja de un amigo. Se separaron. Mi amigo perdió a su novia, para al poco tiempo ganar otra. Yo perdí mi libro, sin más. El enterrador era un libro muy elegante y sencillo sobre la profesión de herencia familiar a la que durante gran parte de su vida se había dedicado su autor, que también es poeta.
Los funerales españoles son trágicos o cómicos, pero no hay una iconografía del funeral sofisticado. Para ello lo mejor era echar mano de un grupo de viudas de muy buen ver, a las que el luto les sentara tan bien como el desnudo. Ya se sabe que la sola mención de “Las viudas” conlleva una alusión pícara. Por lo menos para quienes tenemos la mente tan desviada como puede estarlo nuestro tabique nasal. Les he puesto a las chicas unos nombres deliberadamente rancios en ocasiones, o simplemente tradicionales, por contraste. De Salvadora no he contado nada.
La muerte lleva por una línea recta a la cama, al sexo. Supongo que no estoy descubriendo nada nuevo. Por eso casi todas las historietas acaban ahí. En la nada del deseo.
El mafioso tiene dos tiros en la cabeza nada más empezar, para que no haya muchas sorpresas finales. Me gusta cargarme pronto a los malos. A veces hasta a los buenos.
El muerto cuenta su funeral: creo que mucha gente tiene esa fantasía. De pasada descubre en el último momento quién ha ordenado que se le pegasen los dos tiros, pero eso es lo de menos. Ni para él ni para nosotros tiene mucha importancia. Está ahí para cubrir el expediente de la “trama”.
Los gusanos son importantes: se están jalando el fiambre mientras nos habla de sus chicas, sus viudas. Ha sido un tipo encantador y violento. Más encantador y más violento que cualquiera de nosotros. Con accesos de ira, otra constante iconográfica en las historias mafiosas.
Este relato está inspirado por flashes de ese tipo.
No he visto mucho cine del género y he leído menos. Pero a quién no le mueve la imagen de un grupo de viudas estupendas.
Para ilustrar estas notas he tecleado en Google “viudas” y me ha salido la imagen que podéis ver arriba. Podéis creerme, ha sido a posteriori. Siempre alegran este tipo de coincidencias. Pertenece a una miniserie emitida por Televisión española en los años 80, en la que un grupo de viudas llevan a cabo el atraco que no pudieron cometer sus maridos.
Espero que os haya gustado. Yo lo he pasado muy bien escribiendo los relatillos.

6 comentarios:

Diego Flannery dijo...

Sabes, hombre de barro, me quede pensando en los funerales tradicionales Irlandeses. Orquesta, comida regada con bebidas varias. La muerte es un tiempo en el tiempo del ser, un tiempo en la recorrida por la vida de la mano de la muerte. Cuando la muerte la acoplamos a nuestra historia presente, cuando la simbolizamos en nuestro discurso: deja de ser un final trágico. Vivir la muerte es un tiempo diferente y diferente será nuestra vida.
Brindis Irlandés:
! Levantemos una copa para celebrar el haber llegado al cielo, cinco minutos antes de que el diablo se entere que hemos muerto ¡

Un abrazo desde Argentina.
Diego

Lansky dijo...

A dos metros bajo tierra -a la inversa que tú,no conozco el libro de lynch, lo buscaré, pero seguí, más o menos, la serie televisiva- era una serie estupenda que confirma mi sospecha de que el mejor cine, para adultos, en USA se hace en las series de TV y no en las grandes salas.

Y es muy acertada tus reflexiones sobre la falta de "glamour" de los funerales españoles vs los irlandeses, que menciona tu comentarista diego o tú mismo.

Me gusta tu blog, enhorabuena

Mariano Zurdo dijo...

A mí particularmente me han encantado. Tu estilo directo al higado engancha.

leo dijo...

Son magníficos, Hombre de Barro. ¿Qué más decirte? ¿Con qué nos vas a sorprender ahora? Me froto las manos.
Un abrazo.

Fernando García Pañeda dijo...

Es muy curioso este origen que cuentas y la explicación de los elementos comunes de los relatos.

Antonio Senciales dijo...

Me has dado una idea:
Dejaré instrucciones escritas a mis familiares para que el día de mi funeral brinden con un buen 'Scotch' y lo festejen diciendo: 'Por las muchas jilipolleces que cometió en vida este sujeto'.
Tus historias están escritas de manera atractiva y me han gustado mucho.
Buen viaje.
Vuelve pronto.
Saludos.