jueves, 10 de enero de 2008

Mi modo de sostener la cabeza


Después de muchos ensayos ante el espejo y delante de la puñetera camarita que venía incorporada al portátil y que definitivamente se ha jodido, he aquí una imagen del menda, en exclusiva, sosteniéndose la cabeza con la mano. Ante el asombro familiar por mis payasadas, argüí muy digno que quería pasar a la mayor gloria literaria con una estudiada puesta en escena de mi melancolía. El resultado está dentro de la postura que Lichtenberg colocó en sexto lugar, sin olvidarnos de que pasó por alto la tercera manera. La llamó la de la templanza, en la cual la cabeza descansa en la mano llana y es útil para los dolores de muelas. Mi variante consiste en desplazar la mano hasta tapar uno de los ojos, en cuya presión consigue descansar de la miopía que me afecta (ay, amigo mío, he tenido que quitarme las gafas para poder llevar a cabo esta posturita), girar la cabeza y mirar al objetivo uniocularmente, cual Polifemo, que enfrentó a aquellos astutos griegos. Me satisface la imagen resultante porque representa al escritor como un ser monstruoso, que no tiene por qué identificarse con el individuo binocular, que comienza a existir desde que la mano cae desganada, y la chorla ha de mantenerse en equilibrio con la sola ayuda del cuello, también pescuezo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero es una sujeción honesta, Hombre de barro.

Mariano Zurdo dijo...

Jajajajajaja, espero que tomes estas risas como lo que son, un homenaje a tu sentido del humor, estimado escritor monstruoso. Es que me parto. Genial entrada.
Besitos/azos.

leo dijo...

Pos no pareces de barro...
Genial, la entrada. Y la ocurrencia de la foto.

Antonio Senciales dijo...

Pues a mí me has sorprendido.
La sabiduría y el buen sabor que dejan tus relatos me había hecho pensar en una persona de más edad. Me has parecido alguien muy jovial, así que habrá que buscar más variantes a esa tercera posición de las manos para sostener la cabeza.
La variante mía consistente en sostener la barbilla con la ayuda de la palma de la mano y los dedos índice y pulgar extendidos y visibles me ha parecido siempre la de 'El pensador' de Augusto Rodin, aunque por mucho pensar nunca me han salido guisos literarios con el gusto de los tuyos.
Alternaré con otras posturas para ver si el misterio está ahí, aunque el asunto es de otro orden, seguro.
Mucho gusto, HdB.
Es bueno verse las caras aunque estén algo distorsionadas.
Saludos.

Anónimo dijo...

Oye, coincido y es ingrato que no lo haya dicho antes. También creía que eras, aunque la misma persona, con muchos más años, como 80 u 85, por ejemplo.

hombredebarro dijo...

Al natural tengo 115 años y estoy desportillado por muchas partes, porque, aunque no lo parezca sí que soy de barro. Ese careto es el que me sale si me sacan una foto. Gracias a todos por leer y comentar.

civisliberum dijo...

Es curiosa la falta de autonomia de la cabeza, si podemos descansar el resto de extremidades (la cabeza suele ser la extremidad pensante -o no- del troco)sin la ayuda de otras extremidades, con la cabeza normalmente se utilizan los brazos para procurar su reposo. ¿Acaso la extremidad más inteligente es también la que por si misma tiene menos recursos?

Unknown dijo...

¿Ensayando para la foto de la sinopsis? ¿Vas a poner esa cara en la presentación? Puede ser un buen reclamo en plan Freak-show.

Bueno, espero que retomes pronto tu sección de relatos,(supongo una pausa programada) no porque no me guste esta nueva sección, todo lo contrario, sino porque lo de seguir leyéndote relatos gratis cada vez lo veo más jodido.

Un saludo.

Carmen dijo...

Se sujeta deformando... pero esa parece ser la intención del hombre de barro. Sugiere un punto de picardía...

Tawaki dijo...

Si vamos a empezar con fotos de posturas avisa, que no quiero sustos...

Un abrazo.

Marisopli dijo...

Es que he esbozados varios comentarios ingeniosos, pero al pinal lo único coherente que me sale es jajajajjajaajajajjjjajjjaaaaaaaaa